lunes, 5 de abril de 2010

EL IMPACTO MEDIOAMBIENTAL DE LA ACTIVIDAD TURÍSTICA

La actividad turística reviste una importancia económica y social decisiva. El consumo turístico en España es responsable de una producción económica superior a los seis mil millones de euros y genera más de un millón de empleos directos. Como contrapartida, el desarrollo del turismo masivo tradicional de “sol y playa” es causante
de conflictos y problemas medioambientales y de calidad del producto turístico. Hoy día se acepta que un desarrollo turístico sostenible es el
único capaz de generar actividad económica viable a medio y largo plazo.
El modelo turístico que ha venido desarrollándose tradicionalmente en nuestro país descansa sobre la oferta de unos atributos naturales tales como las playas y la climatología y en la diferencia de precios como principal incentivo de captación. Sobre estas premisas se confeccionaron productos turísticos convencionales basados en la clásica fórmula de “sol y playa”, que en algunos casos han restado significatividad y calidad ambiental a los destinos turísticos. Recientemente, la aparición de nuevos
mercados que gozan de un posicionamiento más competitivo en dichos ámbitos y el paulatino cambio en las tendencias de la demanda, cada vez más exigente con los
niveles de calidad del producto, están obligando a la realización de esfuerzos considerables para la consecución de unos niveles óptimos de calidad en nuestro entorno.

1.2. CONTRIBUCIÓN DEL TURISMO A LOS PROBLEMAS AMBIENTALES GLOBALES.

Los impactos generados por la actividad turística contribuyen a agravar las problemáticas ambientales globales (cambio climático,
lluvia ácida, reducción de la capa de ozono, deforestación, desertificación y pérdida de biodiversidad). En el presente epígrafe se
presenta un breve análisis de las interacciones entre actividad turística y problemática ambiental global.
Si bien la actividad turística no ha sido considerada tradicionalmente como una de las principales causantes de gases con efecto invernadero,
su contribución a este fenómeno puedes reducirse teniendo en cuenta que se produce a través de tres vías fundamentalmente:
• Uso de fuentes de energía procedentes de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas natural), contribuyendo así a la producción de dióxido de carbono (CO2),
uno de los principales causantes del cambio climático y del efecto invernadero.
• Producción de clorofluorocarburos (CFCs) a través del uso de aerosoles en la limpieza de instalaciones y de los escapes de equipos de climatización y
refrigeración.
• Producción de aguas residuales contaminadas con nitratos responsables de la generación de óxido nitroso (NO2).
Tanto el dióxido de carbono como el óxido nitroso o los CFCs son gases con efecto invernadero, cuyo aumento en las últimas décadas han contribuido a agravar los riesgos de cambio climático.
Los clorofluorocarbonos (CFCs), también conocidos como freones, son los principales responsables de la destrucción del ozono estratosférico.

La actividad turística contribuye a la generación de estos gases, siendo sus principales aplicaciones en los establecimientos hoteleros los aires acondicionados, las refrigeraciones, los propelentes de aerosoles y los aislamientos.

Los elementos químicos más comunes que participan en la lluvia ácida son los óxidos de nitrógeno (NOx) y el dióxido de azufre (SO2). El origen de este tipo de compuestos en la actividad turística procede fundamentalmente del uso de calefacciones y de las emisiones
procedentes del transporte de viajeros. Por último, destacar que las principales acciones antrópicas derivadas de la explotación del turismo es la ocupación del territorio y los incendios forestales con las consiguientes implicaciones sobre la desaparición de masas boscosas y su contribución al fenómeno de desertificación y deforestación. Por otro lado, el consumo desproporcionado de agua en zonas geográficas concretas en épocas estivales conlleva la disminución de los recursos hídricos.

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